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Como un edificio comunista: suelo gris de cemento, escaleras sin adornos y paredes blancas y desnudas. Como un desnudo artístico, como veinte desnudos. Como una fábrica de montaje, no en cadena, sino de colecciones. Así es la galería La Fábrica, un espacio artístico dirigido por Efraín Bernal que acoge exposiciones de fotografía contemporánea. Hoy, veinte láminas de Francesca Woodman.
La apuesta por vender instantáneas es clara: «En estos medios es donde se realizan hoy en día algunos de los trabajos más interesantes del arte contemporáneo», afirma Bernal. Esta galería representa a los fotógrafos más internacionales: desde Marina Abramivic, pasando por Helmut Newton o el español Chema Madoz. «En general el alto nivel de los artistas que enseñamos hace que sea imprescindible trabajar en colaboración con su galería principal», explica el director, aunque matiza que normalmente contactan directamente con el artista.
Acercarse a conocer las veinte fotos de Woodman es descubrir cómo las paredes desnudas del edificio se engalanan con la mirada de esta joven que decidió acabar con su vida hace treinta años, cuando rondaba los 23. «Todo genio tiene que suicidarse para ser grande y dejar un legado», comenta un coleccionista que lleva media hora observando las fotos. Son láminas pequeñas, todas en blanco y negro, todas con mujeres. Son fotos que se mimetizan con las paredes, que parece que siempre estuvieron allí. Pero se irán; algunas ya se han ido, así lo muestran dos pequeños puntos rojos al lado de la obra: «Eso significa que ya está vendida. Las piezas cuestan entre cuatro mil y seis mil euros», aclara Daniela Macías, asistente de Bernal.
Macías reconoce que las ventas van bien incluso con la crisis, el director de la galería destaca que tienen que hacer muchos números para tener material de calidad: «Existen unos costos de producción muy altos para el nivel de los artistas que enseñamos. Y eso hace que sea muy difícil hacer rentables nuestas exposiciones».
Bernal dice que sus clientes privados «suelen tener muy buenas colecciones» y este es otro de los motivos por los que los fotógrafos eligen La Fábrica; porque para los artistas «no es solo importante cuántas obras venden si no quién las adquiere».
La Fábrica en ARCO
Colgar fotos de grandes fotógrados en las paredes de la galería tiene un premio. O quizás exponer en ARCO supone captar a los mejores. Lo que está claro sobre ARCO es que, como afirma Bernal «para las galerías españolas representa un momento clave en el programa anual de ferias» ya que «dentro de las ventas anuales de las galerías es de una gran importancia». La feria de Arte Contemporáneo de Madrid es la oportunidad de reunir a coleccionistas de toda España e internacionales.
Conscientes de lo que se juegan en esta feria, La Fábrica Galería ha preparado un panel de exposiciones lleno de novedades y calidad: «Llevaremos early works de Marina Abramovic. Y obras inéditas de Francesca Woodman», anuncia el director. Apuestan por la calidad en español como protagonista del puesto en la Feria, será el latinoamericano Óscar Muñoz. Tambiénm se expondrán obras de Antonio Muntadas y Gregory Crewdson.
La calidad. Esa es la palabra que más se escucha de la boca de Bernal. La calidad «que integra a los artistas en un conjunto». La calidad que permite exponer en ARCO. La calidad que junto con «seriedad y rigurosidad» hacen de La Fábrica Galería un referente del arte contemporáneo en España y en el mundo.